
marzo 7, 2024
Estamos frente a un gran desafío civilizatorio que pone a prueba el equilibrio de la humanidad en este planeta. Al mismo tiempo que avanzamos en la ciencia y en la tecnología, la ignorancia en forma de violencia derrama sangre humana en diversos puntos del planeta. El conflicto Hamas vs. Israel domina los noticieros, polariza el debate en las redes sociales e inquieta los corazones por todo el mundo frente a las atrocidades. Pero hoy hay por lo menos ocho guerras sucediendo simultáneamente en el mundo. En 2022, fueron 55 conflictos involucrando a Estados Unidos en 38 países. Al mismo tiempo, en Brasil, tenemos letalidad policial, operaciones en las favelas, acción organizada de paramilitares, población con miedo creciente… En medio de tantos problemas envolviendo guerras y conflictos, hay una guerra aún mayor que tenemos que llevar a cabo: la guerra del amor.
Sin entrar en la esfera geopolítica de los conflictos, te invito a mirar a partir de la perspectiva espiritual hacia el karma colectivo de la humanidad con las guerras que nos atormentan. A fin de cuentas, ¿qué puedes hacer frente a la guerra y por qué tiene sentido hablar de amor en este momento? Si estudiamos en profundidad lo que está por detrás de los grandes conflictos, podremos ver más allá de nuestro limitado ego condicionado. No es Rusia y Ucrania. No es Israel y Hamas. Es más allá. Recuerda que todos son víctimas, porque la víctima está de los dos lados del arma. Los actos terroristas y sus reacciones dejan secuelas graves por mucho tiempo. Pero, en este caso, estoy hablando también de otras víctimas reales: una víctima de la ignorancia del olvido de sí mismo. Es una víctima aquel que está identificado con su dolor y tratando el mal con mal.
Estamos conectados con todo lo que pasa en este planeta. Por más distante que estés físicamente de los conflictos, si una bomba explota en lo de tu vecino o a quilómetros de distancia, eso afecta la salud mental y emocional de toda la humanidad, impactando nuestro inconsciente colectivo. Es mucha gente sufriendo, son muchas emociones negativas activadas. Al estar encarnado en este planeta, lo que sucede aquí tiene algún impacto en ti.
Al estar consciente de eso, puedes comenzar a alquimizar tus guerras individuales para que no seas un canal de violencia e inconsciencia en tu vida. Es muy fácil ver las noticias, ver la cantidad de muertos e identificar la inconsciencia de los responsables por esa miseria. Pero si no tienes poder para disminuir esos conflictos directamente, tal vez te pierdas en eso sin ver las guerras que vives en tu día a día. ¿Cuánto sufrimiento la violencia de la que eres canal en tus relaciones está generando?
He trabajado con mis alumnos el desarrollo de cualidades que llamo las de un “guerrero del amor”. Vivir en tiempos de “Parivartan”, que es la gran transición planetaria que estamos atravesando, requiere que seas un guerrero del amor, capaz de desarrollar un compromiso inquebrantable con la no-violencia. Un buen guerrero del amor es aquel que tiene la firmeza y el coraje necesarios para pagar con amor por la violencia recibida. Eso es posible, pero requiere entrenamiento. Un buen guerrero es forjado en tiempos de adversidad como los nuestros.
En tiempos de guerra, fortalece tu guerrero del amor, porque serás llamado a entrar en las batallas y a usar tu violencia constantemente. El precio que pagas al ser canal de violencia es entregar tu paz y bloquear tu amor.
Tenemos que trabajar intensamente para desprogramar nuestro sistema de esa tan profunda marca, que es una ley para la gran mayoría de las almas en este planeta: ojo por ojo, diente por diente. Quiero decir que es necesario deshacer los pactos de venganza, que son los núcleos de odio que cargamos. Si el solvente universal para todos los males es el amor, si el amor es la medicina para todas nuestras enfermedades, la única posibilidad de que este amor se manifieste es disolviendo ese odio, nutriendo diariamente tu coraje de amar independientemente de las condiciones externas que se presenten. Como dice la música de Jorge Drexler, “el odio es la guía de los cobardes”, por eso “vamos armarnos de coraje”.
Amar es algo para quien tiene coraje.